Desde el día ocho de febrero todos los agentes patrullan a pié, por lo que no pueden atender a ninguna llamada de auxilio de ningún vecino, debido a que ningún vehículo tiene pasada la ITV. Carecen de equipos de telefonía interna operativos, sus armas no tienen munición y el ayuntamiento no les proporciona uniformidad desde hace más de siete años, además de llevar siete años sin Convenio Colectivo.
Como consecuencia, asistimos a un alarmante incremento de inseguridad ciudadana con, entre otros, robo masivo de tapas de registro de telefonía y alcantarillado, ante lo que nuestra policía local, a pié, poco puede hacer.
Si unimos a esto la escasa o nula señalización de los huecos que ni siquiera en su mayoría están tapados provisionalmente con al menos un tablero o palet, llegamos a la conclusión de que a nuestro alcalde le importa bien poco que cualquier vecino pueda caer accidentalmente en uno de ellos.
Naturalmente, sin contar los daños que sean irreparables, las indemnizaciones de los posibles accidentes, y ya ha habido más de uno, las pagarán con nuestros impuestos.
Está muy bien mejorar algunos servicios del pueblo, como alumbrado u otros, aunque dada la fecha pueda oler a electoralismo barato, pero debe haber prioridades, y algunas están muy claras.
La seguridad de los vecinos y sus bienes deben de estar por encima de casi todo.
Juzgue Vd. mismo si esto no es un claro ejemplo de la nefasta gestión de nuestro alcalde, Antonio Suárez. Y encima pretende que se le vote de nuevo.
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