El pasado diez de marzo se celebró un Pleno Municipal en donde se procedió a elegir Juez de Paz Titular. Se presentaron siete candidatos, de los cuales cuatro eran abogados. A la votación llegaron dos, Doña Clara Rubio, a propuesta del PSOE y D. Manuel Rodríguez Duarte propuesto y apoyado por todos los partidos de la oposición que estaban presentes, tanto de derechas como de izquierdas.
El Sr. R. Duarte reside en Valencina desde 1985, es Graduado Social, Licenciado en Derecho y en Ciencias de la Información, y en los años ochenta presentador de TVE. Un hombre muy respetado y querido en nuestro pueblo.
La Sra. Rubio reside en Valencina desde la década de los noventa, ha sido concejala del PSOE y sin estudios superiores conocidos. Siempre se la ha considerado como integrante del núcleo duro del PSOE.
Lo normal y democrático hubiese sido que esta elección se hubiese realizado mediante consenso de la corporación resultante de las elecciones del 22 de mayo próximo, y no mediante el rodillo de la mayoría absoluta que actualmente ostenta el PSOE, que ya vislumbra su debacle electoral y quiere dejar a uno de los suyos situado en un puesto clave.
Con todos los respetos hacia la Sra. Rubio , la elección no tenía color, y queda de nuevo demostrado que en nuestro pueblo no todos somos iguales. Si eres “forastero” (como ellos les llaman), vives en una urbanización y no eres del PSOE, lo tienes muy crudo. Por lo visto, solo te quieren para que pagues elevados impuestos y molestes lo menos posible.
¿Aplicarán el mismo criterio para la adjudicación de viviendas a nuestros hijos?
¿Aplicarán el mismo criterio para la adjudicación de viviendas a nuestros hijos?
Por higiene democrática, el 22 de mayo, tenemos que mandar al PSOE a la oposición, y eso principalmente lo tienen que hacer los que se sienten socialistas a pesar del PSOE de su pueblo. Los demócratas, los progresistas de Valencina no pueden seguir apoyando a quienes pisotean todos los días desde el poder los principios de libertad e igualdad en los que creemos.
¿QUE SON MAS IMPORTANTES, LAS SIGLAS O LOS PRINCIPIOS?
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